El gran templo de Abu Simbel oculta un secreto milenario. Sus salas aguardan pacientes a que alguien tenga el valor suficiente para explorarlas. Pero, como en toda gran aventura, el camino está sembrado de peligros. Sus muros esconden mortíferas trampas, desde afiladas cuchillas a suelos que ceden bajo los pies… ¡e incluso venenosos escorpiones y momias que vuelven a la vida!

Abu Simbel es un juego de mesa  que se juega de pie y lejos de la mesa! Analiza bien las trampas que te encuentras en tu camino hacia la gran estancia del tesoro, memorízalas y reproduce los movimientos que indican las cartas para esquivar los peligros. ¡Y luego haz lo mismo pero a la inversa y de memoria para huir con el tesoro bajo el brazo!

Arrástrate para colarte por huecos minúsculos, agáchate para evitar que las cuchillas te hagan ese corte de pelo que ni tu peluquero es capaz de practicarte, pisotea venenosos escorpiones gigantes y ahuyenta a puñetazos a las momias de papel higiénico rancio que se te crucen en el camino. En Abu Simbel tendrás que hacer esto y mucho más… ¡literalmente, moviendo brazos, manos y piernas!

Un juego de mesa para disfrutar en familia y con amigos

Abu Simbel te plantea una propuesta diferente a cualquier otro juego de mesa que hayas probado. Aquí no vale con sentarse, realizar acciones y tratar de llevarte la victoria sin más. Para jugar a Abu Simbel necesitarás buenas dosis de memoria, una imaginación desbordante y, sobre todo, ganas de pasarlo bien.

Despliega el mazo de juego, muestra las tres primeras cartas de sala y prepárate a entrar en el templo para llevarte el tesoro. Para hacerlo, tendrás que reproducir en orden los movimientos que indican las cartas. Algunas te piden cruzar puentes sobre abismos insondables, otras atravesar de lado pasadizos estrechos, nadar para cruzar charcas de agua o incluso saltar de roca en roca para esquivar la lava… Aprovecha y memoriza las trampas porque, cuando ya tengas el tesoro en tu poder, tendrás que escapar en orden inverso y a ciegas, sin mirar las cartas de trampa. Consíguelo a la primera, coloca una nueva carta de sala y cede el turno a la siguiente persona.

¡Y así hasta que alguien falle y se reinicien las salas de trampa!

¿Te atreves a adentrarte en las peligrosas salas del templo de Abu Simbel!